Hay hoteles que inevitablemente te sitúan ante el debate
entre lo que es antiguo y lo que es viejo. Bien, el Hotel Ciudad de Vigo es un
gran ejemplo.
Como ya escribí hace muy poco, Vigo ha pegado un claro
cambio, renovando la zona próxima al puerto, actualizando locales, apostando
por propuestas más actuales y originales. Incluso en las inmediaciones de este
alojamiento se puede encontrar algún hotel claramente orientado a la
modernidad.
El Ciudad de Vigo no. Sin lugar a dudas. Quizá en su
comunicación nos quieran convencer de que es un hotel clásico, elegante o
incluso un tanto señorial. Con sinceridad, a mí no me lo parece. Es más bien un
hotel que no se ha renovado, que sigue con una estética que quizá representaba
un determinado estatus hace unos años (bastantes), pero que en el momento
actual, huele a viejo más que a cualquier otra cosa.
Y detalles que ilustran esta impresión hay por todos lados:
una especie de salón social junto a la recepción (el rincón quizá con más clase
y elegante del hotel), la estética (e incluso la atención) del personal, unas
habitaciones… digamos que… tirando a desfasadas, un salón de desayunos tan
reducido que tuve que desayunar fuera de él y con una oferta no acorde con la
categoría del hotel…
¿A recordar? Sin duda, la magnífica ubicación. Ideal para
dar una vuelta y conocer la parte antigua de esta ciudad. También, la terraza
que han instalado en el acceso al hotel; curiosamente, el detalle más moderno y
actual del conjunto. Y puesto que la vista fue en época navideña, una
decoración atractiva y cuidada que recuerda al huésped la fecha del año en la
que se encuentra.
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