miércoles, 24 de octubre de 2012

Hotel Vapor Gran

Te dicen Terrassa, y la verdad, no piensas que sea un destino apasionante. Y no lo es, pero tiene algunas cosas que merece la pena ver: una curiosa catedral, un casco antiguo peatonal que desborda actividad comercial, un mercado muy interesante, y también en Hotel Vapor Gran; un nombre tan llamativo como el diseño del edificio: ciertamente original.

El Hotel está ubicado junto al corazón de la ciudad originaria en una zona que parece haber sufrido (en este caso para bien) una de las habituales intervenciones urbanas encaminadas a transformar un espacio viejo y deprimido en una zona nueva, moderna y singular en la que se dan la mano usos diversos: comerciales, hosteleros, educativos, viviendas…

El Vapor Gran es un hotel funcional, pero con un diseño muy cuidado y con guiños de calidad que no pasan desapercibidos: habitaciones bien equipadas (en particular, los baños), una zona de descanso o encuentro en el hall, una cafetería con amplias cristaleras o una jacuzzi situado en la última planta del edificio que permite darse un baño relajante al aire libre mientras se disfruta con una inmejorable panorámica de la ciudad.

Pero todo no puede ser perfecto. Desde luego, el escueto desayuno no está a la altura de un cuatro estrellas con tan buena pinta como el Vapor Gran. El gimnasio es tan pequeño que parece insignificante. El agua caliente de la ducha es de las más frías que he probado en los últimos tiempos. Y dejar el coche en el aparcamiento del hotel embarcarse en una aventura por un laberinto de puertas y pasillos que requiere una gran dosis de paciencia y orientación.

En cualquier caso, hablamos de detalles, de pequeños aspectos mejorables para hacer honor a un hotel que como el destino, sorprende gratamente.

lunes, 15 de octubre de 2012

Parador de Santo Domingo de la Calzada

Viniendo del Parador de Tortosa, la entrada al Parador de Santo Domingo de la Calzada no produce tanto impacto, pues recupera gran parte de ese aire medieval, entre antiguo y viejo (en este caso, más antiguo que viejo), señorial y recargado de aquel.


Quizá en este caso, el aspecto del Parador está más cuidado, es más elegante que el de Tortosa; como si se tratara de un alojamiento de mayor nivel: muy bien iluminado, con tapices y mobiliario en buen estado, lámparas gigantes, detalles de clase.

La ubicación es inmejorable: en pleno Camino de Santiago, junto a la Catedral y al lado de una de las torres más altas y bellas que he podido ver (y a la que se accede previo pago, como en casi todo…). Muy atractivos son también los diferentes espacios para mantener una amena charla, para tomar un café o leer un libro en el patio central, sin lugar a dudas, el corazón del Parador de Sto Domingo.

Las habitaciones tienen ese aire medieval y señorial del conjunto. En particular, llama la atención la especie de dintel sobre las camas (un cortinaje para el que me falta vocabulario…) y un pequeño espacio que invita a la lectura o al reposo con dos pequeños sillones y una mesa baja sobre una acogedora alfombra.

Sin embargo, son bastantes los aspectos en los que podría mejorar: la cafetería no es muy atractiva: pequeña, poco usada, con escasa variedad. Las habitaciones son muy poco funcionales y muy orientadas a un turismo, probablemente, de paso. El desayuno tampoco dejará huella en la memoria.

jueves, 11 de octubre de 2012

Parador de Tortosa

Sin duda, si lo que buscas es un ambiente medieval, encontrarte con el estilo de siglos atrás, dejar volar la imaginación pensando cómo sería la vida de caballeros y doncellas, el sitio es el Parador de Tortosa. Un alojamiento que conserva aquel poso de tiempos pretéritos, aunque quizá con un aire que mira más hacia lo viejo que hacia lo antiguo (ejemplos los encontramos en unas alfombras algo sucias y raídas o en el tapizado desgastado de algunos sillones).

El Parador tiene muchos atractivos: el encontrarse en un antiguo castillo y zona amurallada, las espléndidas vistas sobre la ciudad y el río Ebro, una piscina muy interesante, zonas de espera tranquilas, una terraza que invita a tomar una copa o a cenar con velas, jardines cuidados…

Pero también una orientación que le convierte en un sitio no muy adecuado para un viaje de trabajo o eminentemente turístico. Por ejemplo, en las habitaciones falta una zona de trabajo adecuada. Otro pequeño ejemplo, es complicado encontrar enchufes para conectar un cargador (tuve que conectar el móvil en el baño por no llegar a los enchufes situados detrás del cabecero de la cama). Uno más: el confort de los baños es mejorable. Y un ejemplo final: la decoración es algo cargada y demasiado rústica y poco práctica.

Desde luego, es un alojamiento que no deja indiferente, pero que bien vale una visita en la vida.


martes, 9 de octubre de 2012

Hotel Altora

No era objeto de este blog recoger opiniones sobre hoteles en los que no me hubiera alojado, pero la visita al Hotel Altora (Tomelloso) ha modificado el criterio, pues en este caso hablaré de una visita en la que no conocí las habitaciones de dicho hotel, pero sí su salón de reuniones y su cafetería-restaurante.

¿Qué ha hecho modificar el criterio inicial? Fundamentalmente el buen gusto con el que ha sido decorado y amueblado el Hotel. El cuidado del detalle. La belleza del interiorismo. El aprovechamiento de los espacios de un lugar que apenas lleva abierto un año y que introduce modernidad en un entorno eminentemente rural.
Aquí os dejo un par de imágenes que pese a la precariedad de la cámara de mi Blackberry, dan buena cuenta de la personalidad del Hotel Altora. Muy recomendable.

PD: gracias por el delicioso bocadillo de solomillo con tomates cherry que hizo más llevadero el viaje de vuelta a Madrid.